Quedarse en casa durante varias semanas puede acarrear algunos inconvenientes: inquietud y falta de concentración en los niños; irritaciones y enfados con los padres… Los efectos del encierro a veces se dejan sentir profundamente y perturban una vida cotidiana ya de por sí turbulenta. Sin embargo, ¡no hay que alterarse! Para fomentar la calma y la relajación en el hogar, ¿por qué no probar el yoga en familia? Realizar esta actividad, nos brinda la oportunidad de aprender a canalizar las energías desbordantes y de hacernos bien al mismo tiempo, mientras compartimos un gran momento de cercanía.

Aveces oímos decir que el yoga es una actividad exigente, tediosa o de difícil acceso para los principiantes. No nos equivoquemos, es accesible para todos, sólo hay que adaptarlo a las capacidades de cada uno y practicarlo con regularidad. Ya no hace falta demostrar los beneficios de esta actividad, que se dejan sentir tanto en los padres como en los niños. En efecto, practicar yoga permite aprovechar sus múltiples ventajas, entre las que se encuentran tener mayor flexibilidad, tranquilidad y concentración. Es una valiosa ayuda contra el estrés, que también favorece el bienestar y el sueño. Ayuda a los más pequeños a descubrir su cuerpo, a asimilar mejor los conocimientos y a desarrollar la confianza en sí mismos. Sin olvidar que es fácil practicar yoga en casa, ya que sólo requiere un poco de espacio y tiempo.

Además, es una actividad completa que implica a todas las partes del cuerpo, y muscula tanto como relaja. Es difícil cansarse de este deporte, ya que las posturas existentes son numerosas y variadas.

PREGUNTAS QUE SE HACEN LOS PADRES

¿A qué edad se puede practicar?

El yoga no está destinado únicamente a los adultos; es una actividad suave que tiene la ventaja de no exigir ningún requisito previo. Debe seguir siendo un momento de placer y diversión, que puede practicarse a partir de los 3 años. Evidentemente, las sesiones deben adaptarse a su corta edad, ser divertidas y dinámicas, con posturas graciosas que lleven nombres de animales, objetos o plantas. A partir de los 7 años, la práctica puede volverse más estructurada, con ejercicios de respiración, posturas y vocabulario más precisos.

¿Es más difícil para los niños?

No, como tienen una flexibilidad natural, adaptarán espontáneamente los ejercicios de yoga a su forma de moverse y a sus capacidades.

¿Qué hay que ponerse para ello?

Es mejor optar por una ropa cómoda pero ajustada, para estar cómodo durante la ejecución de los movimientos… ¡y para que no estorben en el ejercicio!

¿Qué material necesitamos?

Para realizar las posturas y los ejercicios de respiración, es necesario disponer de dos elementos esenciales: una esterilla deportiva y una botella de agua. Si no, bastará con una manta gruesa, una alfombra o el césped, siempre que sea cómodo. También puedes acompañar tus sesiones con música relajante y suave para mejorar la concentración de todos.

¿Qué momento del día es ideal?

A cualquier hora del día, según sus deseos y los beneficios que busque. Por la mañana, los niños podrán despertarse suavemente y empezar con buen pie antes de empezar sus deberes con concentración. A mediodía, después de comer para facilitar la digestión, o por la noche, para ayudarles a conciliar fácilmente el sueño y conseguir un sueño reparador.

¿Cuánto dura una sesión?

Es probable que la capacidad de concentración de tus hijos pequeños sea algo corta durante una sesión de yoga. Por lo tanto, para su primera vez, opta por sesiones de 10 a 15 minutos para mantener la concentración de los pequeños. Con el tiempo y la regularidad, estas sesiones pueden durar hasta 45 minutos.

¿Qué soporte elegir para practicar yoga?

Si te gustan los libros, existen numerosos libros sobre yoga en familia: Easy yoga for children y Zen, un juego de niños son libros que tratan ampliamente este tema, con bellas ilustraciones explicativas.

Si eres más de digital, la red está repleta de diferentes formatos que te ayudarán a practicar yoga en familia. Encontrarás una gran variedad de sesiones de diferente duración, en función del tiempo que quieras dedicarle.

• Ver vídeos de YouTube: el canal ELLE Yoga, dirigido por Lise Bilien, ofrece divertidas sesiones para niños, que les ayudan a conciliar el sueño o estimulan su creatividad, por ejemplo. La ventaja de los cursos online es que nos guían paso a paso y nos supervisan para asegurarse de que calentamos bien y realizamos correctamente las posturas y la respiración.

• Utiliza aplicaciones: Yoga para niños, Mon p’tit yoga y Petit Bambou son aplicaciones geniales que te ayudan de forma lúdica a realizar las posturas.

• Suscríbete a las cuentas de Instagram: @unamouraunaturel realiza sesiones de yoga en familia en directo, los martes a las 11h y los sábados a las 18h (CET).

• Infórmate en sitios web: yoga-enfant.fr es un sitio donde encontrarás ideas de posturas de yoga adaptadas a los niños.

No obstante, debes tener en cuenta que estos soportes no sustituyen realmente a un verdadero profesor de yoga.

LAS ETAPAS DEL YOGA FÁCIL CON NIÑOS

Antes de empezar, elige una habitación un poco espaciosa y con el menor número posible de distracciones.

1. Respiración

El primer paso es empezar con un periodo de calma en el que respiraréis profundamente unos cuantos para empezar a concentraros y estar más relajados. Sentados o tumbados boca arriba, haced respiraciones largas por la nariz y luego largas por la boca. A continuación, haz un pequeño calentamiento para preparar tu cuerpo y el de tus hijos pequeños.

2. Las posturas

Esta es la fase más importante de la sesión, en la que hay que ayudar a los niños a realizar las formas. Para empezar, opta por posturas sencillas con nombres divertidos como las de animales (cobra, rana, gato, etc.), objetos (puente, brújula, despertador, etc.) o plantas (guijarro, sol, palmera, etc.). Primero haz la forma delante de ellos nombrándola y luego hacedla juntos mientras les describes lo que estás haciendo, para ayudarles a hacer lo mismo.

3. Relajación final

Termina la sesión de yoga con unos estiramientos relajantes y respiraciones profundas durante unos minutos para disfrutar de los beneficios de la sesión. No olvides felicitarles por esta primera sesión.

¿Yoga para padres e hijos de vacaciones?

Muchos hoteles ofrecen yoga a sus huéspedes, pero ¿qué pasa con las familias que quieren probarlo o practicarlo todos juntos? Afortunadamente, Little Guest ha pensado en todo y ha elaborado una lista de los mejores hoteles donde se puede practicar yoga, ¡para vivir una experiencia tonificante y relajante!

Six Senses Zighy Bay *****

Enclavado en las áridas y rocosas llanuras de Dibba (Omán), este resplandeciente hotel se distingue por completo de su entorno y ofrece una atmósfera relajante y atemporal.

Disfrute de momentos especiales con sus hijos y descubra o redescubra la práctica del yoga, respire, espire y admire el panorama que le espera en Six Senses Zighy Bay, el hotel perfecto para familias en busca de regiones poco conocidas o incluso ignoradas, a pesar de su gran belleza.

Four Seasons Hotel Megève *****

Un cambio de aires: esta vez le llevamos a la montaña para un momento de evasión, ¡tanto en verano como en invierno! El Four Seasons Hotel Meg ève ***** ofrece sesiones de yoga en familia, suntuosas vistas panorámicas desde la terraza y, para algo más imaginativo, snowga, yoga sobre nieve.

El Four Seasons Hotel Megève ***** y sus equipos hacen todo lo posible para acoger a los más pequeños de la casa con actividades lúdicas como el yoga y el snowga.

Descubra todos nuestros hoteles que ofrecen yoga y actividades para niños, para unas vacaciones en familia con una sonrisa.

CONCLUSIÓN

Este periodo tan especial es una oportunidad única para disfrutar plenamente de tus hijos y crear bonitos recuerdos con ellos. Añadir el yoga a esta nueva rutina diaria es un plus que aportará beneficios tanto físicos como mentales a largo plazo. Estiramientos, aprendizaje de posturas divertidas, refrescarse con respiraciones, pequeños y mayores estarán encantados de hacer deporte con mamá y papá.

Si no, no lo dudes más, aparta los muebles y ¡adelante!

Mathilde, 21 años, amante de los viajes y la escritura, de Montpellier