Volar con un bebé: la guía completa para volar sin preocupaciones

30/07/2025

Volar con un bebé suele intimidar a los padres jóvenes

Entre el miedo al llanto, el estrés de la organización, las incógnitas asociadas a la salud del bebé y el juicio de los demás pasajeros, la sola idea de viajar con un bebé puede, a primera vista, parecer desalentadora.

Sin embargo, cada vez son más las familias que deciden volar con un niño pequeño.

Entonces, ¿volar con un bebé es una buena o una mala idea?

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Volar con un bebé: lo que hay que saber antes de despegar

Viajar en avión con un bebé es ya algo habitual, para regocijo de los padres jóvenes. Pero, ¿es realmente aconsejable viajar en avión con un niño pequeño?

Volar con un bebé no es peligroso, siempre que el bebé goce de buena salud.

La principal preocupación es la presión ejercida sobre los oídos durante el despegue y el aterrizaje. En el caso de los niños pequeños, esto puede causar dolor en los tímpanos. Estos dolores suelen hacer llorar a los bebés, pero no son peligrosos.

Afortunadamente, hay formas sencillas y eficaces de limitar estas molestias: dar el pecho, el biberón u ofrecer un chupete durante el despegue y el aterrizaje.

Las cabinas de los aviones están presurizadas, y los riesgos médicos son bajos si el bebé ha nacido a término y no presenta ninguna patología.

Incluso un bebé de pocas semanas necesita documentos oficiales para embarcar.

En Francia, un documento de identidad es suficiente para un vuelo nacional o un vuelo dentro del espacio Schengen. Pero para un vuelo internacional, es obligatorio un pasaporte válido, incluso para los bebés.

Algunas compañías aéreas también pueden pedir el libro de familia, un certificado médico o un permiso de salida si el niño viaja con un solo progenitor. Así que asegúrate de comprobar las normas específicas de tu destino y compañía aérea antes de salir.

Condiciones de las compañías aéreas para viajar con un bebé

Antes de reservar sus billetes, es esencial conocer las condiciones impuestas por las compañías aéreas para viajar con un bebé. Edad mínima, franquicia de equipaje, equipamiento disponible a bordo… Cada compañía aérea tiene sus propias normas.

Aquí tiene un resumen de las políticas de las principales compañías aéreas para ayudarle a preparar su viaje.

Air France acepta bebés a partir de 7 días. Los bebés viajan en el regazo de sus padres por aproximadamente el 10% de la tarifa de adulto. Generalmente se incluye una bolsa de cabina de 12 kg y una bolsa de bodega de 10 kg, además de un cochecito o una silla de coche facturados gratuitamente. En los vuelos de larga distancia, las cunas están disponibles bajo petición y deben reservarse lo antes posible.

En Lufthansa, los bebés pueden viajar desde sus primeros días. Se les permite una pieza de equipaje de bodega de 23 kg, y el equipamiento como cochecitos y sillas de coche se gestiona gratuitamente. Los padres pueden solicitar una cuna para los vuelos de larga distancia, según disponibilidad.

Emirates ofrece todas las facilidades para las familias. Los bebés pueden viajar en el regazo de un adulto o en una cuna suspendida (según la edad y el peso del bebé). La aerolínea proporciona un kit para bebés con pañales, toallitas y pequeños accesorios, y autoriza el transporte de leche materna y agua para biberones, por encima del límite habitual de líquidos. Las familias suelen ser ubicadas en las zonas más cómodas de la cabina.

Ryanair no acepta bebés menores de 7 días. De 8 días a 23 meses, los bebés viajan en el regazo de un adulto y se benefician de una tarifa reducida. La compañía aérea permite llevar gratuitamente una bolsa pequeña de 5 kg para el bebé, así como un cochecito y una silla de coche. Le recomendamos que elija un asiento de ventanilla, ya que es más práctico para instalar un dispositivo de seguridad o controlar los movimientos del bebé.

KLM acepta bebés desde el nacimiento. Los bebés viajan en el regazo de un adulto con una tarifa reducida (a menudo el 10% de la tarifa de adulto en vuelos internacionales). La compañía ofrece una bolsa de bodega de 23 kg para el equipamiento del bebé (cochecito, silla de coche). En los vuelos de largo recorrido, se pueden reservar cunas colgantes. KLM también ofrece un kit para bebés con biberón o leche materna, así como tronas en las salas VIP de los aeropuertos para las familias en tránsito.

¿A qué edad se puede llevar a un bebé en avión?

Es una pregunta habitual entre los padres jóvenes: ¿hay que esperar varias semanas, o incluso varios meses, antes de viajar en avión con el bebé?

Todo depende del estado de salud del bebé, del tipo de vuelo y de las recomendaciones de la compañía aérea.

En teoría, un bebé puede volar desde el primer día de vida.

Sin embargo, la mayoría de los pediatras recomiendan esperar al menos dos o tres semanas tras el nacimiento. Esto permite al bebé ganar un poco de peso, completar sus primeros exámenes médicos y adaptarse lentamente a la vida fuera del útero.

Viajar con un bebé sigue siendo posible, pero requiere una vigilancia especial.

Su sistema inmunitario es aún inmaduro, y son más susceptibles a las infecciones.

El ruido del avión, los cambios de presión y los espacios reducidos también pueden ser agotadores.

Para limitar los riesgos, es mejor evitar los vuelos de larga distancia o con varias escalas durante el primer mes. Un vuelo corto y bien planificado sigue siendo la opción más cómoda para un niño pequeño, pero también para los padres.

En la mayoría de los casos, no se exige certificado médico.

Sin embargo, algunas compañías pueden exigirlo para bebés menores de 7 días o prematuros.

En caso de duda, ¡es mejor pensar con antelación! Una simple cita con el pediatra le permitirá viajar tranquilo. Y si su hijo padece alguna enfermedad o tiene antecedentes médicos, esto es aún más aconsejable.

Volar con un bebé a diferentes edades

La comodidad de un bebé en el aire depende en gran medida de su edad. Necesidades fisiológicas, patrones de sueño, alimentación… todo cambia muy deprisa durante el primer año.

Un bebé de un mes duerme mucho e interactúa poco con su entorno. Esto puede facilitar el vuelo, siempre que el bebé goce de buena salud. Por otra parte, su sistema inmunitario es aún muy frágil. Así que es mejor elegir un vuelo corto y sin escalas y limitar la exposición a las multitudes. Se sigue recomendando el asesoramiento médico antes de salir.

A los dos meses, el bebé empieza a desarrollar un ritmo más regular, pero sigue siendo sensible a los ruidos y al entorno. Las primeras vacunas suelen administrarse a esta edad, lo que tranquiliza a algunos padres. Se puede prever un vuelo de corta o media distancia, siempre que se anticipen las necesidades del bebé: comidas, cambios de pañal y confort.

Un bebé de tres meses está más alerta, pero sigue durmiendo mucho. Suelen ser más reactivos a los cambios de presión y, por tanto, pueden llorar más. Proporcionarle un chupete o un biberón durante el despegue y el aterrizaje puede ayudar a calmar sus oídos. A esta edad, llevar al bebé en brazos durante el vuelo sigue siendo una excelente opción para calmarlo.

A los seis meses, el bebé empieza a ser activo y curioso. Sujeta mejor la cabeza, empieza a darse la vuelta e incluso a gatear. Sin embargo, pueden aburrirse rápidamente si permanecen quietos demasiado tiempo, así que planifica juegos adecuados y lleva al bebé en brazos para mantenerlo entretenido.

Cuidado también con la dentición, frecuente a esta edad y que puede aumentar las molestias.

Un bebé de 12 meses ya no puede estarse quieto. Quiere explorar, tocar y moverse. Mantenerlo sentado en tu regazo se hace más difícil, sobre todo en un vuelo de larga distancia. Un asiento extra puede ser una buena opción para vuelos de más de 3 horas. No olvide llevar los juguetes favoritos de su bebé, aperitivos y otros artículos para recrear un entorno familiar.

¿Cuáles son las ventajas de volar con un bebé?

Viajar con un bebé suele ser motivo de preocupación. Sin embargo, en muchos casos, ¡el vuelo transcurre mucho mejor de lo que imaginabas!

Siempre que se planifique con antelación, volar con un niño pequeño puede ofrecer incluso algunas ventajas inesperadas…

Los lactantes tienen ciclos de sueño muy regulares. Duermen una media de 16 a 18 horas al día durante sus primeros meses. En los aviones, el ruido ambiental y las vibraciones de la cabina suelen animarles a dormirse. Como resultado, muchos bebés duermen durante la mayor parte del viaje, lo que hace que el trayecto sea mucho más tranquilo de lo esperado.

Las compañías aéreas facilitan cada vez más los viajes de los padres jóvenes.

Embarque prioritario, equipaje extra, préstamo de una cuna a bordo (moisés)… Algunas incluso ofrecen kits para bebés con toallitas, baberos y pañales.

Estos pequeños detalles marcan la diferencia para un vuelo sin preocupaciones, incluso con un bebé.

Hasta los 2 años, un bebé puede viajar gratis o con tarifa reducida, sentado en el regazo de un adulto. En vuelos de larga distancia, esto puede reducir considerablemente el presupuesto del viaje. Para mayor comodidad, algunos padres pueden reservar un asiento extra, pero no es obligatorio.

Volar con un bebé: ¿qué desventajas hay que tener en cuenta?

Viajar con un bebé puede estar lleno de agradables sorpresas, pero también requiere cierta logística.

Tenga la seguridad de que no se trata de grandes dificultades, sino más bien de pequeños retos que hay que anticipar para poder permanecer zen durante todo el viaje.

La diferencia horaria, el ruido ambiental, las turbulencias, la luz artificial… El ambiente de un avión puede alterar el ciclo sueño-vigilia de un niño pequeño. Algunos bebés duermen mucho en vuelo, otros muy poco. Lo mejor es adaptar el viaje al ritmo habitual del bebé: un vuelo nocturno si duerme mucho, o un vuelo corto si necesita puntos de referencia fijos.

En un espacio reducido, cualquier necesidad puede convertirse rápidamente en un reto. Dar el pecho, preparar un biberón, cambiar un pañal o calmar un llanto requiere organización, sobre todo en un vuelo de larga distancia. Prevea sus necesidades teniendo a mano todo lo necesario y mantenga cierta flexibilidad.

Aunque la mayoría de los viajeros se muestran comprensivos, algunos suspiran a la menor conmoción. Este juicio implícito puede crear un estrés innecesario. Recuerda: un bebé tiene derecho a existir en un avión. Prepárate, mantén la calma y no te dejes afectar por los suspiros de un pasajero molesto.

Volar con un bebé: nuestros mejores consejos para un viaje sin estrés

Volar con un bebé requiere preparación. Una buena organización previa puede convertir el viaje en una experiencia tranquila, cómoda y sin sobresaltos.

Estas son las cosas que debe hacer antes, durante y después del vuelo para mantener tranquilo a su bebé:

Prepare una bolsa de mano o de mano con todo lo necesario: pañales, toallitas, una muda, biberones, tentempiés, peluches, papillas, leche en polvo, medicamentos, etc.

No olvide sus documentos de identidad, su cartilla sanitaria y, si es necesario, un certificado médico. Elija su asiento con antelación e informe a la compañía aérea y a la tripulación de cabina si tiene un bebé.

No llegue demasiado pronto, para evitar que su bebé se inquiete. También es preferible utilizar un portabebés en lugar de un cochecito hasta el embarque.

Algunos aeropuertos disponen de zonas familiares, ¡aprovéchalas! Y sobre todo: tenga a mano algo para alimentar u ocupar a su bebé en caso de retraso.

Haz que tu bebé tome el pecho o el biberón durante el despegue y el aterrizaje para evitar dolores de oído. Alterna fases de porteo, juego suave y descanso. Los juguetes ligeros, los libros de tela y los sonajeros silenciosos son ideales para mantener al bebé ocupado sin molestar a los demás pasajeros.

Un cambio de entorno puede ser agotador para un bebé. Planifique una llegada suave: pocos estímulos, momentos de tranquilidad, una siesta en sus brazos o en una habitación especialmente adaptada. Si te alojas en un hotel, asegúrate de que todo esté listo para el bebé en cuanto llegues (cuna, calientabiberones, etc.).

Trampas que hay que evitar al viajar en avión con un bebé

Viajar con un bebé requiere cierta preparación. Pero a menudo son los pequeños detalles los que convierten un vuelo tranquilo en una experiencia caótica.

He aquí los escollos más comunes y cómo evitarlos:

Los moisés (o cunas suspendidas) son muy populares en los vuelos de larga distancia. Sin reserva previa, te arriesgas a tener que cargar con tu bebé durante varias horas. Acuérdate de llamar a la aerolínea cuando compres los billetes para garantizar la disponibilidad.

Pañales, toallitas, una muda, un chupete, un peluche, un biberón, papillas, leche en polvo, medicamentos… Todo lo imprescindible debe estar al alcance de la mano.

Incluso un pequeño descuido puede convertir tu vuelo en un auténtico calvario. Lleve siempre un poco más de lo necesario, por si acaso. Y no olvide comprobar que todo está en su equipaje de mano o de cabina antes de la salida.

¿Un vuelo temprano por la mañana o durante su siesta habitual? No siempre es buena idea. Intenta adaptar tu salida a sus ciclos naturales. Un bebé descansado desde el principio estará generalmente más tranquilo durante el vuelo, ¡y tú también!

¿Dónde viajar con un bebé? Destinos aptos para bebés

Viajar con un bebé puede ser mucho más fácil de lo que cree… siempre que elija bien el destino.

Clima suave, trayectos cortos, infraestructuras adecuadas: he aquí nuestros criterios para unas buenas vacaciones con un niño pequeño, y algunas ideas de lugares perfectos para una primera escapada familiar.

Algunos destinos son famosos por su cálida acogida a los niños: Italia, Portugal e incluso Canadá facilitan la vida a los padres viajeros. Los restaurantes disponen de tronas, los alojamientos están adaptados a las necesidades de los niños y existe un verdadero espíritu de amabilidad hacia los más pequeños.

Un vuelo directo de dos a cuatro horas suele ser ideal para un primer viaje con un bebé. Europa está llena de destinos a los que se puede llegar rápidamente desde Francia: Córcega, las islas Baleares, el sur de Portugal o los Alpes suizos para refrescarse en plena naturaleza.

Los vuelos nocturnos son una excelente opción para viajar con un bebé, especialmente a destinos de larga distancia como Mauricio. Los niños pequeños son más tranquilos por naturaleza cuando están dormidos, lo que puede convertir un viaje de 10-12 horas en un momento de descanso ininterrumpido. El ruido regular de la cabina y el ambiente tenue les ayudan a conciliar el sueño, mientras que los periodos de inquietud suelen reducirse. También para los padres es una verdadera ganancia de comodidad: menos estrés que soportar y una llegada tranquila a primera hora de la mañana. No obstante, es aconsejable preparar al bebé para este ritmo unos días antes de la salida, para maximizar las posibilidades de que siga su ciclo habitual durante el vuelo.

El alojamiento marca la diferencia. Algunos establecimientos, como los seleccionados por Little Guest, ofrecen servicios diseñados pensando en las familias: cunas para bebés, calienta biberones, bebetecas, personal formado… Todo lo que necesitas para que tus vacaciones en familia sean libres de estrés, sin la carga mental que supone organizarlas.

Y si busca un hotel con Baby-club, no dude en leer nuestro artículo sobre los mejores hoteles de lujo con Baby-club.

FAQ - Volar con un bebé

¿Aún tiene dudas antes de volar con su bebé? Edad mínima, documentos imprescindibles, consejos para evitar dolores de oídos…

Aquí tienes las respuestas a las preguntas más frecuentes de los padres jóvenes.

En teoría, un bebé puede volar desde el primer día de vida. Sin embargo, la mayoría de los pediatras recomiendan esperar al menos 2 o 3 semanas después del nacimiento. Algunas aerolíneas exigen una edad mínima de 7 días.

Para los vuelos dentro de Francia y del espacio Schengen, basta con un documento de identidad. Fuera de la Unión Europea, es obligatorio el pasaporte, incluso para los bebés. Puede exigirse un permiso de salida si el niño viaja con un solo progenitor.

Dale el pecho, el biberón o el chupete durante el despegue y el aterrizaje. Esto ayuda a equilibrar la presión en los oídos y a reducir las molestias.

Hasta los 2 años, los bebés suelen viajar en el regazo de un adulto. En los vuelos de larga distancia, puedes solicitar una cuna (moisés) o reservar un asiento independiente equipado con una silla de coche homologada.

Se recomiendan los vuelos directos o cortos para una primera experiencia. Los vuelos nocturnos también son muy adecuados, ya que el bebé puede dormir durante la mayor parte del trayecto.

Viajar con un bebé puede parecer desalentador, sobre todo cuando se trata de volar. Pero con los consejos adecuados, una buena organización y un apoyo de calidad, este momento puede convertirse en una auténtica burbuja de serenidad para su familia.

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