El verano ya está aquí y trae consigo vacaciones, actividades al aire libre y paseos en familia, pero también los abrasadores rayos del sol. Aunque la luz solar es esencial para estimular la síntesis de vitamina D, es importante protegerse a todas las edades y prestar especial atención a nuestros bebés. Los recién nacidos y las olas de calor rara vez se mezclan, y los padres jóvenes a veces pueden sentirse indefensos ante el calor estival. Pensando en estas familias y en la piel especialmente frágil de sus bebés, Little Guest ha elaborado un artículo en el que recopila sus consejos para proteger a los bebés del calor.
¿Por qué los bebés son especialmente sensibles al sol?
Antes de los 3 años, los bebés casi no tienen defensas contra el sol y sus rayos ultravioletas. En efecto, su sistema melanocitario (que actúa como escudo contra los rayos UV), todavía inmaduro, deja pasar una gran cantidad de rayos UVA y UVB que atacan las capas basales de la epidermis. Por lo tanto, la exposición directa al sol es un riesgo importante, sobre todo para su piel y sus ojos delicados. Hay que tener en cuenta que las defensas naturales del organismo sólo son plenamente operativas después de la pubertad. Por lo tanto, durante la infancia y sobre todo antes del año de edad, es muy desaconsejable exponer a un niño al sol, incluso durante un corto período de tiempo. Por último, recuerda que el sol no rima necesariamente con calor; incluso si las temperaturas siguen siendo suaves o el cielo está nublado, los rayos UV siguen siendo peligrosos.
¿Cuáles son los efectos de los rayos UV y por qué debemos tenerles miedo?
Losrayos ultravioleta se dividen en dos categorías, UVA y UVB, que actúan a distintos niveles de la piel:
Por tanto, para estar totalmente protegido, es esencial elegir una crema solar que proteja contra los dos tipos de rayos UV.
La protección contra los UVB se mide por el índice SPF. Para los bebés y los niños pequeños, el uso de una crema con un índice SPF 50+ es la mejor alternativa para garantizar una protección óptima. Por último, tenga en cuenta que la protección anti-UVA debe ser al menos un tercio de la protección anti-UVB (para un SPF 50+, el índice UVA debe ser al menos 17).
¿Cuáles son las consecuencias del calor en la piel del bebé?
Además de sus peligros para la salud de tu bebé, el calor extremo también puede irritar su piel aunque no esté en contacto directo con los rayos del sol. En efecto, un clima caluroso puede favorecer la aparición de rojeces o erupciones cutáneas más graves que provocarán desagradables sensaciones de picor e irritación.
Además, si las zonas afectadas entran en contacto con bacterias, pueden infectarse y desencadenar la aparición de impétigo, una afección cutánea superficial pero potencialmente dolorosa. Aunque las compresas de agua pueden ayudar a aliviar el picor, el tratamiento de esta afección sólo debe establecerlo un pediatra.
¿Cuáles son los riesgos de la deshidratación y las quemaduras solares para la salud del bebé?
La deshidratación se produce con mayor facilidad en los recién nacidos porque suelen padecer problemas gastrointestinales. En caso de calor extremo, los alimentos ingeridos se deterioran más fácilmente y pueden provocar diarreas y vómitos. Como consecuencia, el niño pierde agua y minerales rápidamente. Consulte a su médico inmediatamente si su bebé
Además de la deshidratación, los rayos UV pueden provocar quemaduras solares que, si se repiten, pueden favorecer a largo plazo el desarrollo de cáncer. En efecto, al provocar mutaciones genéticas en las células de la piel, las quemaduras solares graves pueden conducir al desarrollo de melanomas muy peligrosos para la salud.
1- Asegúrate de que el bebé está bien hidratado
It’s essential that your baby stays hydrated at all times, but especially in hot weather. To do this, offer him a bottle of mineral water every half hour, if possible tempered, and let him drink at his own pace. To refresh his little body, do not hesitate to use a thermal water mister or to dab it gently with a cool, damp cloth. Finally, try to give baby several baths during the day. If a single soap bath per day is enough, short dives in lukewarm water (it is recommended to have water 2 degrees below body temperature) will do him the most good. Avoid water that is too cold or even icy! Contrary to what you might think, it will make your baby sweat even more once the feeling of freshness fades away. Finally, think about moisturizer! At the end of the day, after a good bath, don’t hesitate to apply some all over his body, his skin will thank you! You’ll find here an article presenting the best moisturizing creams from Little Guest.
2 – Proteger al bebé con ropa adaptada
La protección del bebé pasa por la hidratación, pero también depende en gran medida de la ropa que lleve y de los materiales que entren en contacto con su piel. Viste a tu bebé con ropa larga, ligera y de colores claros. Elige algodón, lino o tencel (una fibra natural hecha de madera), ya que estos materiales permiten que la piel respire. Evita los sintéticos, el nailon o el poliéster. También debes saber que algunas marcas proponen ahora ropa anti-UV. Además de la elección de la ropa, ¡la elección de los sombreros también es decisiva! Asegúrate de que el bebé lleve siempre un sombrero cuando salga; gorra, bob, panamá, sombrero, tú eliges. Por último, ¡las gafas de sol son esenciales para completar el atuendo veraniego del bebé! No dudes en consultar nuestro artículo comparativo sobre los diferentes modelos de gafas de sol para bebés.
3 – No escatimes en crema solar
Una vez bien hidratado y correctamente vestido, tu bebé estará protegido de las insolaciones y los golpes de calor. Sin embargo, las zonas expuestas de su cuerpo estarán siempre a merced de los rayos del sol. Para remediarlo, aplícale una crema solar con un factor de protección elevado (SPF 50+). Elige una crema solar adaptada a la piel de los bebés, que, no lo olvidemos, es especialmente sensible. Para guiarte en tu elección, Little Guest ha elaborado una comparativa de los mejores protectores solares para bebés. Opta siempre por una fórmula en crema en lugar de un spray. Aplica la crema unos 20 minutos antes de exponer a tu bebé al sol y repite la operación cada hora. Al final del día, nutre la piel de tu bebé con una loción para después del sol. Compra protectores solares cada año, ya que los filtros que contienen no perduran en el tiempo.
4 – Utiliza el aire acondicionado con cuidado
Sea cual sea la temperatura, no hay nada mejor que el aire natural. Cuanto más disfrute de él tu bebé, mejor estará. Sin embargo, a veces es útil, incluso imprescindible en algunos casos, utilizar el aire acondicionado. No obstante, hay que tomar precauciones, ya que el aire acondicionado reseca el ambiente y, por tanto, deshidrata más rápidamente a los huéspedes. Además, esta técnica puede generar un frío excesivo, y las variaciones bruscas de temperatura del exterior al interior o incluso de una habitación a otra pueden afectar fácilmente a la salud de tu bebé. Algunos consejos, por tanto, para un uso razonado:
5 – Toma precauciones cuando salgas con la familia
¿Qué sería del verano sin sus días al aire libre, disfrutando del buen tiempo en familia? Por supuesto, es impensable quedarse encerrado todo el día bajo el calor. Sin embargo, las salidas con el bebé deben hacerse con ciertas precauciones. Evita las horas más calurosas del día (entre las 12 y las 16 horas) y pasea a la sombra. Nunca expongas a tu hijo a la luz directa del sol, cúbrele la cabeza con un gorro y no escatimes en protección solar. También son preferibles las sillas de paseo abiertas a los cochecitos, ya que en ellas el aire circula más libremente. Por último, y aunque pueda parecer obvio, nunca dejes a tu hijo en el coche, ni siquiera durante unos minutos. El vehículo actúa como un horno, encerrando y reteniendo mucho calor, y puede ser muy peligroso para el bebé.
6 – Vigilar la alimentación del bebé
Laalimentación desempeña un papel fundamental en la protección de la salud del bebé. Si esta afirmación es cierta en todo momento, es aún más importante en verano, sobre todo cuando el mercurio está por las nubes. En primer lugar, recuerda que los alimentos se deterioran más rápidamente cuando hace calor. Los productos lácteos (leche, yogur, nata), en particular, deben vigilarse con la máxima precaución porque favorecen la aparición de numerosas bacterias.
En cuanto a la alimentación del bebé, evita los productos procesados y las grasas en general. Estos alimentos atacan al estómago y requieren un gran trabajo digestivo, lo que favorece la sudoración y, por tanto, la deshidratación. En su lugar, dale biberones de agua, zumos de fruta natural (sin azúcares añadidos), batidos de frutas locales o verduras verdes. Además de refrescar, aportan vitaminas, minerales y muchos otros elementos que pueden ayudar al bebé a combatir posibles enfermedades.
El agua es esencial para la salud de tu bebé; evita el agua carbonatada y, si es posible, opta siempre por el agua mineral natural.
Así pues, levántate, sal y, por qué no, piérdete… ¡pero no te quemes!
Guillaume, 26 años, apasionado de los viajes, de París.
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